La materia central: don Álvaro Tarfe:
- Don Álvaro Tarfe
- Camino de su aldea, don Quixote y Sancho paran en un mesón.
- Conocen a don Álvaro Tarfe.
- Es un personaje de la espúrea Segunda Parte escrita por
el tal Avellaneda.
- Sancho declara que ellos mismos, los dos que hablan con don Álvaro
son el don Quixote y el Sancho Panza «verdaderos» y reales.
«Que el verdadero Sancho Panza soy yo, que tengo más gracias que
llovidas, y si no, haga vuesa merced la experiencia, y ándese tras de
mí por lo menos un año, y verá que se me caen a cada paso,
y tales y tantas, que sin saber yo las más veces lo que me digo, hago
reír a cuantos me escuchan. Y el verdadero don Quijote de la Mancha,
el famoso, el valiente y el discreto, el enamorado, el desfacedor de agravios,
el tutor de pupilos y huérfanos, el amparo de las viudas, el matador
de las doncellas, el que tiene por única señora a la sin par Dulcinea
del Toboso, es este señor que está presente, que es mi amo. Todo
cualquier otro don Quijote y cualquier otro Sancho Panza es burlería
y cosa de sueño.» (Lathrop, II, 854, ll. 8 - 17)
- Álvaro Tarfe dice que dejó al otro don Quijote en un manicomio
de Toledo.
- Don Quixote le pide que jure que él es el verdadero don Quixote.
- Álvaro Tarfe: «[...] vuelvo a decir y me afirmo que no he
visto lo que he visto, ni ha pasado por mí lo que ha pasado.»
- Éste firma un documento legal delante del alcalde para dar testimonio
de tal verdad.
- Se despiden.
- Sancho cumple su penitencia de los azotes.
- Llegan a su aldea (¿Esquivias?).
- Al llegar Sancho dice que vuelve don Quixote vencido.
- Sancho agrega que es aun mucho más importante el hecho de que
su amo ha sabido vencerse a sí mismo, lo cual «es el mayor
vencimiento que desearse puede».
Notas:
- Cuando Álvaro Tarfe hace una distinción entre «don Quijote
el bueno» y «don Quijote el malo» se nota tal vez el origen
del nombre final que se da nuestro don Quixote cervantino en el capítulo
74 (=> II 74).
- Por medio del arte de su maravillosa imaginación literaria Cervantes
ha convertido al don Álvaro Tarfe falso y ficticioo sea, al ente
de ficción a que había condenado al olvido (i.e., el infierno
literario) en un personje «verdadero», real, duradero, fidedigno
y, al fin y al cabo, equiparado con sus propios don Quixote y Sancho Panza.
Este tejemaneje literario, ¿aumenta el realismo, o sea la verosimilitud
de la obra, de los personajes? ¿Qué le parece?
- Cervantes no inventó la intertextualidadla cual fue inventada
cuando nuestros primeros antepasados bípedos compusieron el segundo
texto poético inmediatamente después de haber inventado
el primero (¿en Atapuerca, cerca de Burgos?)pero en este capítulo
salta a la vista que en don Álvaro Tarfe nos ha dado «el manco
de Lepanto» a uno de los ejemplos más claros del concepto de
lo intertextual de toda la historia de la literatura; si se trata de escudriñar
el sentido lógico de la «verdad» de lo intertextual se descubrirá
que es un rompecabezas que elude toda solución final y satisfactoria
precisamente porque en él se disfraza el misterio espiritual que es
el arte literaturo mismo. Por lo menos, así lo veo yo. ¿Qué
le parece?
- Creo que Miguel de Unamuno, el gran intelectual vasco español del
siglo XX, empujaría un paso más la intrincada cuestión
de la «realidad existencial» de don Álvaro Tarfe. Creo
que Unamuno nos diría con absoluta seriedad que este espúreo
personaje del espúreo autor Avellaneda es más real que Avellaneda
mismo y que, por la realidad de la obra creada, Álvaro Tarfe vive de
veras y eternamente; o sea, sin riesgo de morir. De nuevo, así lo veo
yo. ¿Quién soy yo? ¿Quién es Ud.?
- Abajo se ve el cuadro de Segrelles pintó para ilustrar a don Quijote
y a Sancho volviendo a casa.
- En la edición de Barnes & Noble (1999), que es de donde saco
esta imagen, se pone la siguiente cita de la traducción de J. M. Cohen:
«Open your eyes, my beloved country, and see your son Sancho Panza
returningif not rich yet well beaten. Open your arms and receive your
son Don Quixote too, who, though conquered by another, has conqurered himselfwhich,
as I have heard him say, is the very best kind of victory» (p. 773).
- Para mi ojo inexperto este bello cuadro de Segrelles se acerca al profundo
patetismo de los cuadros que pintó Daumier sobre el tema de don Quijote.
Para ver los cuadros de Daumier, pulse en la siguiente imagen: =>
Parte II
Capítulo 73=>
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