La materia central: el desafío entre don
Quixote y Tosilos:
La batalla
Tosilos es un lacayo del duque.
Una muchedumbre llega para presenciar la batalla.
Tosilos es partícipe del engaño del duque: Tosilos va
a ganar la justa sin herir a don Quixote.
Tosilos se enamora de la hija de doña Rodríguez a primera
vista.
En el momento de comenzar a acometerse los dos, se detiene Tosilos.
Tosilos se da por vencido diciendo: «no quiero alcanzar por
pleitos ni contiendas lo que puedo alcanzar por paz, y sin peligro de la
muerte.»
Don Quixote reacciona a lo que dice Tosilos de este modo tan sucinto: «Cásense
enhorabuena.»
Fin del capítulo
Sancho presagia el desenlace de toda la Segunda Parte (1615) cuando
compara la metamofosis del aspecto del Caballero de los Espejos en la
figura de Sansón Carrasco (<=
II, 14 de la Segunda Parte).
El fin del amor = el matrimonio:
«[...] quedaron doña Rodríguez y su hija
contentísimas de ver que por una vía o por otra aquel caso
había de parar en casamiento, y Tosilos no esperaba menos.»
Notas:
Este capítulo marca un cambio de tiempo narrativo notable: del laborioso
«tempo lento» de los capítulos anteriores que versan sobre
los duques, este capítulo de repente cambia a un «tempo andante».
A diferencia del «amor de oídas» (tipo espiritual), el
flechazo amoroso que afecta a Tosilos es el «amor de vista» (tipo
pasional erótico).
Fíjese bien en el esmero (detallado y realista) con que el narrador
describe el campo de la justa (Lathrop, II, 770, l. 28 - 771, l. 2; o bien,
hasta la l. 26). Sobre todo veo el intento de asegurarnos a nosotros y a los
mismo personajes de que no habrá engaño en lo que toca a la
justa; engaño lo hay mucho pero no en términos de lo caballeresco.
A causa de su «victoria» en esta justa patrocinada por el duque,
por burlesco que sea, don Quixote no sentirá la necesidad psicológica
de acudir a las justas de Zaragoza, las cuales son la gran meta de ésta
la Tercera Salida.
El amor que siente Tosilos lo transforma todo: don Quixote gana; el novio
seductor toma la figura de Tosilos; la deshonra de la hija va a convertirse
en un matrimonio basado en el amor verdadero.
La repetición del personaje Tosilos ocurre en el capítulo
66 más adelante (=>
II 66).
Las consecuencias finales de la contienda entre don Quixote y Sansón
Carrasco se encuentran más adelante en el capítulo 65 (=>
II, 65).
Última nota: Justo antes de que se efectúe el cambio (el mutis)
del realismo caballeresco al erotismo sentimental y mitológico (i.e.,
las flechas de Amor), interviene una voz narrativa en primera persona (Lathrop,
II, 771, l. 28), la cual dice: «No pensaba él [Tosilos] sino
en lo que ahora diré.» Luego nos dice que Tosilos ha hecho flechazo.
¿Quién diablos es esta voz que habla como «yo»?
Al lado de tanta complejidad visual, textual, crítica e interpretativa,
miremos este dibujo de Antonio Saura en que este artista contemporáneo
español interpreta la batalla entre don Quixote y Tosilos (Galaxia
Gutenberg, 2001, II, 275):
Temas notables:
la diversión
el teatro
el consejo (don Quixote ofrece uno)
el amor de veras en medio de un desafío de burlas
la libertad de amar y la falta de libertad causada por el Amor
la honra / la deshonra
la transformación fabricada por el quijotismo (la presencia
de don Quixote)