Idea principal: termina la novela intercalada #1
Nota inicial: Este capítulo se divide en dos partes:
(a) el poema de la «Canción de Grisóstomo»; (b) la
apariencia de Marcela.
- El amor no correspondido y la libertad de las mujeres
- Vivaldo lee el último poema del suicida: «Canción
de Grisóstomo».
- Llega la «pastora» Marcela.
- Ella es una «hermosa visión».
- Antonio la llama un «basilisco».
- Marcela defiende su honestidad, su honra, su dignidad, su indepencia
y su libertad.
- Se trata de un elocuente discurso de liberación femenina
de un personaje femenino de perfil bien moderno--moderno para el Siglo de Oro y ¿tal vez para el siglo XXI también?
- Marcela dice lo siguiente: «Yo nací libre, y para poder
vivir libre escogí la soledad de las campos» (Lathrop,
I, 102, l. 30-31).
- Don Quijote sale a defenderla valiéndose de su profesión
de caballero andante.
- Cierran la sepultura de Grisóstomo y le ponen una losa con un
epitafio
- Fin de la novela novela interpolada #1 y fin de la supuesta «segunda parte» de la Parte I (1605) de Don Quixote
NOTAS Y COMENTARIOS:
- La «Canción de Grisóstomo» es un poema culto renacentista; se compone de versos de arte
mayor, ocho estrofas de 16 versos endecasilábicos y un estribillo
y tiene rima consonante. El tema es de la dureza de la mujer y el dolor
del amante.
- El poema se arregla en estas ocho partes:
- El deseo de Grisóstomo y el ruido de sus «míseras
entrañas», las cuales apostrofan a Marcela y sus «hazañas».
- Los gritos de dolor de los animales se mezclan con los de Grisóstomo.
- El llanto de Grisóstomo se esparce por los lugares habitados
y silvestres.
- Grisóstomo no tiene esperanza en su tormento y teme el olvido.
- Grisóstomo sufre de celos y desdén al expresarse en
antítesis: esperar / temer; verdad / mentira.
- Luego se afinca en su deseo y sufrimiento y acepta morir resignado.
- Hablando como el narrador le hace hablar a don Quijote («tantas sinrazones muestras / la
razón que me fuerza ...»), alude a la llaga de su corazón.
- Volviendo al principio, Grisóstomo dice que se junta con
los muertos para que canten con él (como los animales al principio).
- El «envío» final es un apóstrofe a la
canción (su musa) misma.
- Hay que volver a evaluar el poema de Grisóstomo. A primera vista
se trata de un ejercicio renacentista de parte de Cervantes, quien despliega
su talento al componer un texto de tema y forma tradicionales. Sin embargo,
hay que reconocer que los sentimientos, aunque parezcan trillados y artificiales,
no lo son en absoluto. Son estos sentimientos tan verdaderos, y están
expresados con tanta naturalidad que hay que hablar con una persona (tal
vez con un hombre) que haya pasado por algo parecido al amor no correspondido
que ha padecido Grisóstomo para enterarse de la verdad de lo expresado. (¿Cómo sabría Cervantes de la verdad de tales sentimiento? Hombre, vivió, ¿no?
- La sintética crítica literaria que Ambrosio nos da cuando
termina la lectura Vivaldo es bastante certera. Al mismo tiempo Ambrosio
mantiene la verdad tanto de Grisóstomo como la verdad de Marcela.
A nuestro ver, los sentimientos patriarcales—que lo eran tanto en la cosmovisión
cervantina como lo son para nosotros en el siglo 21—son de los personajes
(los pastores fingidos sobre todo), no del poema tal como se lee en el
contexto tanto de la recitación, como de la crítica literaria,
como del quijotismo mismo.
- A diferencia de «La canción de Grisóstomo»,
el pequeño epitafio en forma de redondillas (Lathrop, I, 104, ll.
17-24) es un poema de pésima calidad. ¿Por qué sería
así? ¿Cómo se explica lo que Diego Clemencín (1765-1834; gran crítico cervantista) llamó «lo más malo que se ha escrito en materia de epitafios».
Este venerable crítico dice que es porque Cervantes
era un poeta malo. Puede ser, pero ¿hay otra explicación
por lo «malo» del epitafio que se halle dentro del texto?
- Una de las metas de la literatura renacentista es que el autor debe
desplegar su habilidad, su talento, su destreza en componer en varios
estilos y en varios géneros. Es decir que Cervantes es un autor
de su época porque desea demostrar el tipo de talento literario
que se admiraba en su momento cultural. (¿Deseó demostrar también que sabía escribir pésima poesía? Sería curioso, ¿no?)
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