El passaje que se indica que ilustra Saura con este cuadro es éste:

—¡Oh, Sancho bendito! ¡Oh, Sancho amable—respondió don Quijote—, y cuán obligados hemos de quedar Dulcinea y yo a servirte todos los días que el cielo nos diere de vida! Si ella vuelve al ser perdido, que no es posible sino que vuelva, su desdicha habrá sido dicha, y mi vencimiento, felicísimo triunfo (Galaxia Gutenberg, pág. 344).